COLEGIO COLOMBIA
VIVA. |
Módulo 1 (TITULO):
La comunicación (La locura del lenguaje) |
PROCESO DE
PENSAMIENTO: Argumentación (premisas y conclusiones) |
PROCESO
OLE: Mapas mentales, argumentativos y debate |
PRODUCTO: Feria
de la comunicación |
GRADO: 9°
AÑO: 2021 |
TEMA: PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Criterios
de evaluación:
1.
Presenta
en las fechas asignadas: martes 9 al viernes 12 de febrero.
2.
Presenta
de manera completa todas las actividades que se le proponen.
3.
Los
trabajos son ordenados y realizados con letra legible.
4.
Es
respetuoso en todos los canales de comunicación que se ofrecen para el trabajo
académico.
5.
La actividad debe ser enviada al correo:
Yarodriguezp@educacionbogota.edu.co
Actividad 1:
Lee con atención el siguiente texto:
Primera Guerra Mundial: el comienzo del horror
A comienzos del siglo XIX, se
dieron varias situaciones que mostraban que la guerra entre los países europeos
sería inevitable. Había rivalidades de tipo económico entre las potencias: Gran
Bretaña veía con desconfianza cómo Alemania lo superaba en crecimiento
económico. Como parte del empuje imperialista, Francia y Alemania seguían
luchando por adquirir colonias en África. Estas situaciones llevaron a las
potencias europeas a militarizarse, ampliando sus fuerzas para defenderse de un
posible ataque. Tanta era la paranoia, que muchos países, temerosos de sus
vecinos, decidieron hacer alianzas secretas en caso de ser atacados. Así,
Alemania (Segundo Reich) se alió con Austria-Hungría e Italia y posteriormente
con el Imperio Otomano (Turquía). A su vez, Francia y Gran Bretaña llegaron a
una especie de entendimiento para apoyarse y Gran Bretaña después firmó un
acuerdo similar con Rusia. Todo parecía conducir a una confrontación bélica.
Cada país se había comprometido con otro, a veces, en forma secreta, para
apoyarlo.
Además de toda la tensión que
había en el aire, durante el siglo XIX habían nacido muchos grupos
nacionalistas dentro de Europa que buscaban su independencia del imperio al
cual pertenecían, tildándolo de opresor por no respetar sus derechos. Por
ejemplo, dentro del imperio Austro-húngaro había varias regiones que habían
sido sometidas por la diplomacia o por la fuerza sin su consentimiento, entre
ellas, Serbia (región de los Balcanes) donde se detonaría la Primera Guerra
Mundial con el asesinato en Sarajevo (ciudad capital de Serbia) del Archiduque
Francisco Fernando, heredero al trono del imperio Austro-húngaro (28 de junio
de 1914). Este hecho, sin embargo, no fue algo aislado: los rusos estaban
detrás del nacionalismo serbio al ser los dos pueblos eslavos (grupo étnico de
raza aria que habita en la antigua Rusia, Yugoslavia y Europa Central); además,
les interesaba desestabilizar y debilitar a su gran rival, el Imperio
Austro-húngaro, apoyando de manera taimada rebeliones en su contra.
La respuesta precipitada de
Austria, aconsejada por Alemania, fue aplastar a los nacionalistas serbios.
Mientras tanto, el zar ruso Nicolás II le pidió al emperador austriaco
Francisco José no castigar a los serbios. Como dicha petición fue negada, los
rusos movilizaron su ejército para apoyar a sus aliados.
Comenzó entonces, una reacción en
cadena que involucró a las potencias europeas. Para apoyar a Austria, Alemania
le declaró la guerra a Rusia y la invadió. Francia, que tenía un pacto de
amigos con Rusia, decidió apoyarla previendo que, si no lo hacía, le tocaría
enfrentar sola a los alemanes; además, los nacionalistas franceses buscaban
vengar la derrota vergonzosa de Francia a manos de Prusia en 1871. Entonces
Alemania les exigió a los franceses no participar en el conflicto, pero como
estos no accedieron, Alemania les declaró la guerra. Por su parte, Gran
Bretaña, temerosa del poderío alemán, respetó su pacto con Francia y decidió
apoyarla. Se conformaron así dos grupos de países enemigos: la Triple Entente
(Francia, Gran Bretaña, Rusia en un principio; después se unieron los Estados
Unidos e Italia) y la Triple Alianza o Imperios Centrales (Austria-Hungría,
Alemania, Imperio Otomano, posteriormente Bulgaria). Las regiones de los
imperios donde había un fuerte nacionalismo solo buscaban liberarse del yugo
opresor de los emperadores para buscar su propio destino.
Pero el asunto no era solo de orden político
(respetar los pactos secretos): también había intereses económicos de por
medio, como, por ejemplo, cuáles países se quedarían con las colonias de los
países perdedores. Pronto, los jóvenes de estos países se inscribieron en forma
entusiasta y a la vez ingenua en las fuerzas militares, dispuestos a defender
su madre patria: no se imaginaban los horrores de una guerra. No se dieron
cuenta que la guerra ahora no sería como las guerras de antaño donde se lucían
los héroes y los enemigos peleaban cara a cara y no en masa: ahora les tocaría
enfrentarse a la maquinaria producida por los avances tecnológicos.
El hecho es que, en un mes y
cinco días, Europa se vio sumida en una conflagración de proporciones
descomunales que cambiaría para siempre la historia del mundo. Los gobiernos de
los países en guerra terminaron involucrando no solo a las fuerzas armadas sino
a toda la sociedad: todos tenían que colaborar como pudieran (trabajando en
fábricas racionando comida, prohibiendo huelgas). Muchos se endeudaron para
ganar la guerra. Para ganarse el apoyo de sus ciudadanos, los países emplearon
mucha propaganda como forma de difusión de sus ideas; restringieron ciertos
derechos para tener la posibilidad de “engañar” a la ciudadanía cuando así les
convenía.
¿Cómo se desarrolló la guerra,
conocida también como la Gran Guerra? Alemania pretendía derrotar rápidamente a
Francia y enseguida enfrentar a Rusia, pero su plan se frustró porque los rusos
en el frente oriental comenzaron a derrotar a los alemanes más rápido de lo
pensado. Alemania debilitó sus fuerzas en el occidente para fortalecer la
defensa contra Rusia, por lo cual no pudieron derrotar a Francia. Vino entonces
un largo período de estancamiento en que el frente occidental no cambiaba ni
para un lado ni para el otro; había batallas y escaramuzas, pero sin claras
victorias. Los soldados de ambos lados cavaron trincheras2 para defenderse del
enemigo. Ganar territorio en estas circunstancias era casi imposible; el costo
en soldados muertos era muy grande: las partes no estaban dispuestas a ceder ni
un centímetro. En Verdún (Francia) murieron más de 500.000 hombres y en el río
Somme (Francia) la ofensiva de la Triple Entente dejó más de un millón de
muertos.
A todo este panorama infernal se
añadió la introducción de nueva tecnología para producir armamento altamente
destructivo y efectivo. Ahora se contaba con artillería de gran alcance y
ametralladoras. También se comenzó a emplear gas venenoso que mataba sin
compasión al enemigo por asfixia; de ahí que cada soldado llevaba consigo su
propia máscara para protegerse. Otra innovación fue el tanque de guerra con
metralletas: este vehículo pesado era capaz de pasar por encima de trincheras y
otros obstáculos puestos por las fuerzas enemigas. También se empleó el avión
de guerra para atacar al enemigo, así durante la Primera Guerra Mundial su
efectividad no tuviera tanta trascendencia. Un vehículo que definitivamente
determinó el resultado de la guerra fue el submarino, encargado de hundir naves
enemigas de pasajeros o mercancía. Los submarinos alemanes pretendían bloquear
económicamente a Gran Bretaña y causaron mucho daño a los buques, inclusive de
países neutrales, que atravesaban el Océano Atlántico.
Fuera del continente europeo hubo batallas
importantes. En la batalla de Gallipoli (Estrecho de Dardanelos) en Turquía,
los miembros de la Triple Entente reforzados con soldados australianos y
neozelandeses, sufrieron una desastrosa derrota a manos de los turcos liderados
por Kemal Ataturk, jefe nacionalista turco. Igualmente, las colonias europeas
de ultramar contribuyeron en el resultado de la guerra, aportando materiales,
soldados y trabajadores. Posteriormente, estos harían valer sus derechos a la
independencia pues le habían cumplido a la metrópoli (país europeo colonizador)
colaborando para defenderla.
En los años de 1917 y 1918
ocurrieron dos acontecimientos inesperados que cambiaron por completo el curso
de la guerra. Ya de hecho, soldados de ambos bandos derrotados en batalla,
desertaron el frente de batalla, desencantados con los horrores de la guerra.
Pero eso no fue todo: en medio de toda esta tragedia, en marzo, la gente en
Rusia, hambrienta y desesperanzada, se rebeló contra el gobierno del zar. Por
su parte, a principios de 1918, Rusia se retiró de la guerra pues mediante una
revolución comenzada en marzo 1917, su población tumbó al zar Nicolás II,
déspota absoluto que oprimía a sus súbditos (tema que analizaremos en detalle
en el siguiente capítulo). Lenin, jefe de la revolución, cuya prioridad en ese
momento era que esta triunfara, firmó un tratado de paz con Alemania, en el que
Rusia perdía territorio a cambio de paz.
¿Por qué habría de involucrarse
Lenin en una guerra que para él era un conflicto entre imperialistas? Para él
la Guerra Mundial era un conflicto entre capitalistas y por este motivo no le
interesaba. El retiro de Rusia le dio un gran alivio y esperanza a Alemania que
ahora podía concentrar todo su poderío militar solo en el frente occidental: su
victoria parecía inminente.
Pero el triunfo alemán era solo
una ilusión pues Alemania, al incrementar sus ataques submarinos, cometió el
“error” de hundir naves con pasajeros norteamericanos. Los Estados Unidos se
habían mantenido aparentemente al margen de la guerra (la realidad era que
colaboraba con la Triple Entente pues se sentían culturalmente unidos a estos).
Simultáneamente, los servicios de espionaje aliados interceptaron una nota en
la cual Alemania se comprometía a ayudar a México a reconquistar los
territorios que había perdido cuando fueron tomados por los Estados Unidos.
Todas estas situaciones alertaron al Congreso norteamericano sobre las
verdaderas intenciones de Alemania. Fue así como, instados por su presidente
Woodrow Wilson, en abril de 1917, los Estados Unidos le declararon la guerra a
los Aliados-Imperios Centrales. Según Wilson, su país era “el encargado de
garantizar la permanencia de la democracia en el mundo”. Los Estados Unidos
aportaron a la guerra su tecnología, soldados, materiales, armamentos y grandes
préstamos a los aliados que los necesitaran. Durante 1918, cada enemigo
fortaleció su poderío militar y cada bando se lanzó en una gran ofensiva,
primero los Aliados y después la Triple Entente, quienes lucharon hasta hacer
retroceder en forma definitiva al ejército enemigo.
La situación para Alemania en
casa era sombría: la población aguantaba hambre y muchos jóvenes soldados
habían muerto en batalla. Ya no había hombres aptos para mandar al frente de
batalla. Para el imperio Austro-húngaro, la situación era también muy crítica:
el gobierno en Viena estaba a punto de colapsar y de este hecho se aprovecharon
los grupos nacionalistas de diversas regiones dentro del imperio para reclamar
su independencia: serbios, bosnios y checos. Por adolecer de tantos problemas
internos y sufrir derrotas militares, los Aliados estaban condenados a la
derrota, como en efecto sucedió en noviembre de 1918 cuando Alemania,
totalmente agotada, finalmente se rindió ante la Triple Entente. Los demás
miembros de los Aliados no tuvieron más remedio que aceptar la derrota
definitiva. Habían muerto más de ocho millones de personas y 17 millones más,
habían quedado lisiados e incapacitados. Además, los imperios de Alemania,
Austria-Hungría, Otomano y Ruso (Imperios Centrales) se habían desintegrado.
Vino entonces la Conferencia de
Paz en París liderada por el presidente francés Clemenceau, el primer ministro
inglés David Lloyd George y el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson. Los
tres buscaban fórmulas para consolidar la paz. Había muchos problemas que
atender: autodeterminación, quiebra económica de los países involucrados,
posibilidad de garantizar alguna forma de seguridad colectiva para evitar una
nueva guerra. Alemania no fue invitada a participar en la toma de decisiones:
su obligación era someterse a lo que los ganadores dijeran. Fue así como se
firmó el Tratado de Versalles que culpaba a Alemania por haber causado la
guerra y la obligaba a pagar enormes sumas de dinero como forma de reparación.
Este tratado estaba destinado a fracasar porque no buscaba la paz ni un nuevo
orden mundial, sino la completa humillación de los vencidos. No podía haber
paz, pues allí no había esperanza.
La Primera Guerra Mundial trajo
también otras consecuencias catastróficas. Una de ellas fue la gran cantidad de
muertos. Otra fue la insatisfacción de los nacionalistas en el Medio Oriente
(antiguo Imperio Otomano) que habían peleado por su independencia y habían
salido frustrados porque las potencias se adueñaron de estas regiones a las que
llamaron ahora mandatos (no colonias). A cambio de dinero, Gran Bretaña había prometido
a los judíos la creación de un estado judío en Palestina; ¿cómo era posible
prometer la cesión de tierra que no era de ella? Este hecho degeneraría
posteriormente en el conflicto palestino-israelí que aún no termina. Se crearon
nuevos países de los antiguos imperios: Lituania, Letonia, Estonia,
Checoslovaquia, Austria, Hungría, Polonia y Yugoslavia en los Balcanes. Japón
se resintió porque los países occidentales no reconocieron sus derechos sobre
China. Gracias a la Primera Guerra Mundial, estalló y triunfó la Revolución
rusa que instauró un régimen comunista que serviría de ejemplo para otros
países donde imperaban la autocracia y la extrema pobreza.
La única luz de esperanza al
finalizar la Primera Guerra Mundial la dio el Presidente Wilson quien insistía
en la formación de una Sociedad de las Naciones donde se pudieran discutir los
conflictos entre los Estados miembros para evitar una nueva guerra.
Desafortunadamente, la Sociedad de las Naciones no tuvo éxito, y el descontento
en general fue tan grande que lo único que logró el Tratado de Versalles fue
sembrar la semilla de una nueva guerra mundial.
Actividad 2:
Consulta que son premisas y conclusiones, subraya en el
texto con un color las premisas y con otro color las conclusiones.
Actividad 3:
Completa los siguientes cuadros:
¿Qué
pasó? ¿Cuándo y dónde? |
¿Causas? |
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Consecuencias
de la Primera Guerra Mundial |
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Actividad 4:
RESPONDA: Explique ¿qué es una guerra? y ¿cómo esta
transforma el mundo?
Actividad 5:
Realiza un mapa mental utilizando el esquema de nuestra
cartilla del año anterior.
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